Hacer una lista más sobre los beneficios del yoga creo que sería redundante y puede simplificar lo que esta práctica conlleva. Por eso, en esta ocasión, voy a compartir con ustedes mi propia experiencia sobre cómo el yoga nos puede beneficiar de diferentes maneras.
Sigo las enseñanzas del maestro B.K.S. Iyengar hace aproximadamente seis años y los beneficios y comprensión de esta práctica ha ido variando con el tiempo. Empecé a practicar este tipo de yoga por dolores en la espalda baja. A través de la observación de mi cuerpo en distintas asanas o posturas fui respondiendo a distintas interrogantes: ¿Cómo funciona mi cuerpo? ¿Cuáles son nuestros hábitos y manías? ¿Cómo podemos transformarlos? Así, fui corrigiendo mis tendencias y comprendiendo cómo mis pensamientos afectaban en la postura y viceversa. En ese sentido, el yoga ayuda a comprender las diversas causas de un malestar físicos y aliviarlo.
El dolor en la espalda baja pasó pero continué practicando porque me ofrece algo más que eso. Comprendí que el dolor no es algo de lo que se debe huir, dejando de hacer todo lo que duele o no nos gusta. Hay que saber distinguir un dolor nocivo de otro transformador y bueno para luego estudiar su origen y enfrentarlo. Confrontándonos continuamente con nuestros dolores y temores, el yoga nos permite aprender más de nosotros mismos y crecer como personas. En mi caso, el yoga me ha permitido conocerme más, ser más consciente de mis defectos para mejorarlos pero también de mis virtudes para aprovecharlas. Me he enfrentado a mis temores y descubierto que pueden ser vencidos, sobrellevando la ansiedad que despierta muchas veces la incertidumbre y sensación de vacío. Asimismo, he aprendido a aplicar esas herramientas en la vida diaria, enfrentando situaciones difíciles con una mejor actitud evitando que el estrés o la tristeza predominen.
De esta manera, a través de la práctica del yoga, nos vamos volviendo más conscientes de uno mismo y nuestra relación con el entorno: partimos de lo más tangible –nuestro cuerpo- para luego conocer y conectarlo con nuestra mente y espíritu.
Espero que esto ayude a comprender un poco más sobre cómo el yoga tiene efectos diferentes en nuestra persona y en distintos niveles, según cómo lo vamos abordando. Esta es mi experiencia y estoy segura que si nos sentamos a conversar los beneficios son innumerables.
"El yoga es eterno. Es perenne y atemporal. Es la respuesta a la infinita presión que ejerce sobre nosotros la vida moderna. Aporta equilibrio a nuestras vidas, tranquiliza la mente inquieta y nos lleva a un lugar de absoluta serenidad. Es entonces cuando descubrimos nuestro verdadero yo".
B.K.S Iyengar
Escrito por:
Nicola Espinosa, antropóloga y practicante del yoga.
nicola.ea128@gmail.com
Fotografías:
www.instagram.com/yogaiyengarperu/