Ser el capitán o la capitana de tu equipo deportivo es uno de los mayores logros que puedes recibir como deportista. Un capitán no es aquella persona más habilidosa dentro del equipo, sino aquella en el que equipo más respeta, confía y sigue como ejemplo. Ser capitán no es para todos, dejando de lado el título/honor recibido por parte de tu equipo, el cargo viene con muchas responsabilidades. Lo peor que podría sucederle a tu equipo es que recibas el cintillo de capitán, que lo tomes por sentado y no asumas las responsabilidades respectivas.
Dentro de las responsabilidades están:
- Levantar a tu equipo cuando más lo necesita. Si uno es capitán y está desmotivado, tienes que encontrar fuerzas en tu interior parar motivarte a ti mismo y al resto de tu equipo.
- Ser un ejemplo a seguir. No faltar a los entrenamientos, cuidarse fuere y dentro de la cancha, no llegar tarde a los entrenamientos, dar el 100% durante los entrenamientos, etc.
- Ser el nexo entre las jugadoras y el comando técnico. Si un jugador es recriminado injustamente, o el equipo no es tratado adecuadamente, es la responsabilidad del capitán decir algo. Recuerda que el capitán está para velar por los jugadores.
- Ante la ausencia del comando técnico, el capitán es responsable por el equipo.
- Representación del equipo durante un partido.
- Mantener la calma y pensar con la cabeza fría en situaciones complicadas y estresantes. Si el capitán pierde los papeles en un partido, es probable que también lo haga el resto del equipo, afectando el rendimiento.
Después de leer estas responsabilidades es normal preguntarse, ¿realmente quiero o puedo ser el capitán? En algunos casos el capitán es elegido por popularidad en vez de considerar si la persona es adecuada para el cargo. Entonces, es responsabilidad de la personas elegida peguntarse si está dispuesto a tomar las responsabilidades y si es la mejor persona dentro del equipo para ejercer el cargo.
Considero que dos cualidades importantes que tiene que tener un capitán son pasión y compromiso. Pasión por el deporte que practica, pasión por la competencia y ante todo pasión por su equipo. Para un buen capitán, son más importantes los logros en conjunto que los personales y ve potencial e importancia en los aportes de todos los miembros de su equipo.
Compromiso ininterrumpido. Un capitán tiene que dar siempre el 100%. A veces es difícil, todos tenemos malos días, pero el capitán tiene que dejar sus problemas afuera del entrenamiento o partido. A través de compromiso ininterrumpido el capitán será capaz de ganar el respeto de todos los jugadores y comando técnico de su equipo. Un capitán debe recordar que guía con el ejemplo, no solo con palabras.
Finalmente, los capitanes no nacen se hacen. Todos tenemos el potencial para ser capitán en nuestros equipos, es cuestión de quererlo y asumir las responsabilidades respectivas. ¿Estás listo para asumir las responsabilidades de ser capitán?